Quiéreme… Ámame:
hazme parte de tu mundo
Era cerca del último día de clases en la academia ninja:
todo el mundo estaba muy feliz porque por fin saldrían del tedioso lugar que
tanto esfuerzo les había costado dejar: adiós prácticas tediosas,
entrenamientos intensivos y clases aburridas: por fin todos serían nombrados
Genin: faltaba poco para que ese día llegara, cerca de tres meses, pero esos
últimos días eran más que nada puro relajo y diversión: como suelen ser las
épocas del fin de cursos. Obito Uchiha
se encontraba sentado en su respectivo asiento dentro del salón de
clases, totalmente aburrido y sin ánimos de nada: era curioso en él que no
estuviera socializando y como quien dice, echando relajo, pero la verdad él se
encontraba muy deprimido: muy aburrido con la vida misma. No había logrado activar
su Sharingan todavía “No he logrado activar mi Sharingan… ¿será eso lo que me
tiene deprimido?” se preguntaba entre sus pensamientos “Si, debe ser eso. Ya se
me olvidará el asunto cuando lo logre” pero él seguía con los ánimos por el
piso ¿tendría que ver que no tenía amigos? “Puede ser eso ya que nadie me
habla, y si les hablo, se alejan” él se preguntaba por qué parecía no caerle
bien a nadie: quizás era muy ruidoso, demasiado alegre o muy hiperactivo “¿Es
un crimen ser uno mismo?” se preguntaba “puede ser eso lo que me tiene
deprimido” se seguía preguntando: en eso divisó a un grupo de niñas (no tan
pequeñas, de nueve a diez años) las observó: todas preocupadas por ellas mismas
y por como lucía su cabello esa mañana, o sobre quien tenía la ropa más bonita
o las mejores habilidades ninja: todas unas superficiales “Niñas” se decía el
mismo, en eso, una de ellas volteó: -¿Acaso nos llamaste, tonto?- le gritó una
de ellas –N…n-no, yo sólo…- al pobre le daba por tartamudear cuando en la
escasa ocasión, una chica le llegaba a hablar… o insultar -¡Hey, baka, no me digas que quieres una
novia!-exclamó otra de ellas pero con voz aún mas fuerte haciendo que todo el
mundo la escuchara. Para mala suerte de Obito, toda la clase se estaba riendo
de él “Sonará raro, pero eso no me hace sentir deprimido, siempre es lo mismo”
y así era, siempre era lo mismo: él hacía bromas para que se rieran de él, o
simplemente se burlaban de él por pura gracia o costumbre, pero él estaba harto. En eso, se uso a pensar en la última burla
que le habían dicho: “¡Hey, baka, no me
digas que quieres una novia!” “Novia” pensaba, hasta que sus pensamientos lo
traicionaron –Si quiero…- dijo en un impulso,
un inocente y repentino impulso que no fue capaz de reprimir y no previó que
las risotadas en su contra se desataran al por mayor -¡Que tonto! ¡Feo! ¡Eres
un asco!- gritaban todas las niñas del
salón “Okey, ahora sí recuerdo porque estoy deprimido” y la respuesta era
simple: “Nadie me quiere”. En eso entró el maestro haciendo que con su presencia
todo el mundo se callara
-¡Muy bien! Vamos a iniciar la clase…. ¡ASI QUE CALLENSE!- y
con ese estruendoso grito como el motor de una sierra todo el mundo se quedó en
silencio, salvo unas pequeñas risas que aún se escuchaban
-¿Y ahora de quién se ríen?- ya no preguntaba de “que”, sino
de “quien”- No me digan que de Obito…
otra vez- mostraba una leve cara de fastidio, pero sin dejar de ser tenebroso
-Ibiko-sensei, es que es que…. ¡Obi-no-baka quiere tener
novia! Ahahah- alguien se empezó a burlar pero…
-A CALLAR- lo calló de un golpe, perdón, grito- Aquí no
venimos a jugar a los novios, déjense de tonterías y… Obito el día de hoy no me
des lata ¿entiendes?- le lanzó una mirada intimidante, pero lejos de
intimidarse Obito sólo lo miró con desinterés y soltó un monosílabo
Ibiki Morino era uno de los maestros más temidos, en el
rango de Chunin próximamente a convertirse en Jounin, decían que se
especializaba en la tortura de alumnos cuando éstos no aprendían nada: Obito
cuando era castigado era forzado a hacer toda la limpieza de la academia
durante días, a veces semanas, pero a él
ya le valía el asunto: si nadie en el mundo que no fuera su madre lo iba a
querer, no le importaba en lo más mínimo lo que le sucediera a él ¿Acaso la
vida sólo era tratar de activar el Sharingan?... En eso….
-CIERREN TODOS LA BOCA O LOS MATO- la clase muy amablemente
se quedó callada por un leve momento de terror –Voy a presentarles a una nueva
alumna, ella viene de la aldea del Remolino y terminará sus estudios en
Konoha…. *silencio* VAMOS PASA, NO TENGO TODO EL DÍA- gritó desesperado, pero
aquellos pequeños piececitos se movían muy lento
-VAMOS- le volvió a gritar hasta que ella se decidió a
entrar: Obito con poco interés dio un vistazo al nuevo alumno, que no era
nuevo, sino nueva: él, al percatarse de su belleza, la observó lentamente de
pies a cabeza: Tenía el cabello corto y
castaño brillante, como si fuera un chocolate: sus ojos eran de color café y
hacían juego con su cabello: su piel era muy blanca, parecía una muñequita de
porcelana: llevaba puesta una blusa negra pegada al cuerpo de manga larga, y
una falda de color rosado que le llegaba hasta un poco antes de las rodillas y
unas calcetas color rojo: su única “peculiaridad” era que tenía dos marcas
color morado en las mejillas, pero de ahí en fuera, era…
-Preciosa…- todas las miradas fueron para Obito por un
momento, inclusive la de la chica nueva que ahora lo observaba también: sus
ojitos vibrantes ahora estaban puestos fijamente en él, con un leve sonrojo.
Después de todo, que te digan “preciosa” el primer día de clases y además que
sea un chico que no conoces, eso pone ruborizada a cualquiera
-Ahahahahhaahahahaha- todo el mundo se reía de él otra vez.
Obito se tapó la boca cuando se dio cuenta de que lo que pensaba se había
salido de su boca de nuevo sin su permiso.
-¡Demonios!-se dijo así mismo.
-¡Obito! ¡Te dije que no quería que me causaras lata hoy!
¡Hazlo de nuevo y te mandaré a limpiar los baños otra vez!
-Seee seee- le
respondió desinteresado
-QUE DIJISTE-
-¡N-nada! nada sensei lo juro- dijo él cubriéndose la cabeza
-De acuerdo, hoy tendré piedad de ti… Bueno como les decía… Ella es Rin, será su nueva
compañera hasta que termine el año-
-Mucho gusto en conocerlos- dijo ella con una sonrisa-
espero llevarme buen con todos ustedes
-¡Sobre todo con Obito!- gritó una inoportuna voz, pero
antes de que notaran el leve sonrojo de Obito y las risas volvieran a salir, el
maestro le lanzó el borrador en la cara, rompiendo el muro con todo y alumno
-DIJE QUE SE CALLEN- esta vez nadie quiso hablar. –Rin, ve y
siéntate ahí- y señaló un lugar vacío al lado de un chico de cabellera gris
brillante encrespada, con el rostro parcialmente tapado que sólo dejaban ver
sus ojos
-Ho-hola- dijo ella en una tímida voz, como si le diera pena
hablar con ese chico
“¡No puede ser, es el idiota de Kakashi!” Obito apretó la mandíbula y apretó fuerte
los puños: Kakashi Hatake era su archirrival, su peor enemigo y la persona que
mas odiaba: siempre tan popular, tan fuerte, genial y además, para rematarla,
un imán de las chicas “¡Simplemente es odioso!” Se decía en sus pensamientos “Y
ahora parece que ha logrado captar la atención de Rin ¡pero si ahorita me
estaba viendo a mí! ¿Qué pasa con esta mujer?” Y nuevamente se sumergió en una
depresión total ¿Acaso no tenía esperanzas?
Inició la clase:
todos sacaron sus pergaminos para ponerse a estudiar los puntos de corriente de
chakra (materia bastante aburrida para ser sinceros) y todo el mundo estudiaba
en equipo… menos Obito. En eso, se escuchó un leve golpe, como cuando das un
manazo y fue Rin la que cayó al suelo
-¿Pero qué demonios ha pasado?- exclamó Obito sorprendido
-D-duele…- se sobaba la mano Rin
-Sólo quise evitar que leyera mi libro-
-¿QUE?- al parecer, Rin tenía curiosidad por el libro que
llevaba Kakashi y éste, en “defensa”, le dio un “ligero manazo”, lo
suficientemente ligero para que ella cayera al suelo
-Idiota… ¿la golpeaste?- gruñó Obito a punto de estallar
-Somos ninjas: no pasa nada si golpeamos a una mujer- dijo
sin más expresión, aquel asunto parecía causarle indiferencia al peli plateado
-Cabrón… tú…. – y en eso, Obito se lanzó encima de Kakashi
propinándole una serie de golpes frenéticos que no parecían tener fin, pero
como Kakashi era muy bueno en Taijutsu, no le causaron mucho daño que digamos.
Rin observaba la pelea asustada mientras todo el mundo gritaba: “¡pelea,
pelea!” Hasta que Kakashi se hartó y lo
golpeó fuerte y secamente en el estómago
-¡Ugh!- se quejó él, cayendo de rodillas
-No eres rival para mi, así que mantén una distancia
prudente ante mí- comenzó algo arrogante mientras le daba la espalda- Claro, si
no quieres terminar c…- en eso, Obito lo golpeó en la nuca y fue Kakashi quien
cayó al piso –Si no quiero terminar como tú- dijo Obito triunfante. Toda la
clase lo observaba con asombro y él sonreía ampliamente, en eso volteó a ver a
la pequeña Rin: ella lo miraba sorprendida en eso, él se le acercó
-¡¿No te hizo daño?!- preguntó casi gritando
-N…no… yo estoy bien- dijo ella mirándolo fijamente –G…
Gracias- dijo ella finalmente, brindándole una pequeña y linda sonrisa
-Ahhh… no hay nada que agradecer- le contestó babeando el
chico pelinegro (¿Así o más obvio?) pero para su mala suerte (si, otra vez) el
maestro (quien había desaparecido previamente) tomó a Obito del suéter
haciéndolo flotar (literalmente) haciendo que el pobre chico pataleara
implorando ser liberado
-Obito…- sus ojos eran ocultos por su propia sombra y el
chico gritaba llorando suplicando piedad
-Sensei no se enoje con Obito, por favor: él sólo fue en mi
ayuda- le explicaba tranquilamente Rin. Ella le contó lo que había pasado y el
maestro decido soltar delicadamente a Obito, haciéndolo azotar en el suelo cual
saco de patatas.
-¡Hatake, Uchiha! Que no se vuelva a repetir- sentenció el maestro con mirada seria pero
más relajada. -¡Tú!- gritó refiriéndose a Rin –siéntate al lado de él- ordenó
señalando el lugar vacío que estaba al lado de Obito… Éste no podía creer lo
que estaba escuchando
-¿¿DE VERDAD??- preguntó maravillado casi a gritos el chico
del visor naranja
-Obito… tú…- el aura asesina se sentía en el ambiente
cuando….
-Ibiki sensei, se le solicita en la oficina- una atractiva
mujer de cabello negro y ojos carmesí que hacían juego con sus labios hizo su
aparición: la Sensei Kurenai Yuji era Chunin también y ahora solicitaba la
presencia del tan temido sensei. Mientras Obito
agradecía a Kamisama el haber sido “salvado” Rin se le acercó y le preguntó de forma
amable:
-¿Me puedes hacer un espacio para mí?- le solicitó con
vocecita tierna y suave
-Como un ángel- Obito parecía nunca deshacerse de la “mala”
costumbre de que se le escaparan sus pensamientos, pero esta vez fue muy bajo,
tan bajo que sólo ella y él podían escucharlo
-¿Ángel?- le preguntó ella, esperando escuchar su afirmación
-Emm… ¡No!... digo… Si- él agachó la cabeza a la vez que
bajaba la mirada –Vaya que soy un idiota- eso sí que no pensó en dejarlo para
sólo si mismo, mientras se hacía a un lado y quitaba su mochila de su asiento,
indicando que Rin podía sentarse. Ella se sentó y lo observó: Llevaba un suéter
negro con bies naranja en las orillas y una playera pegada al cuerpo también
negra, con unos pantalones del mismo color, mas su porta shuriken y además:
unos inconfundibles y llamativos visores
color naranja y su cabello negro de puntas, era casi imposible confundirlo con
otra persona. Pero lo que más le llamaba la atención a Rin era que no podía ver
bien sus ojos: no sabía de qué color eran, aunque, por ser del Clan Uchiha, era
natural que los tuviera negros. A pesar de eso, ella no conocía mucho del Clan
Uchiha: lo único que sabía era que era un clan muy fuerte debido a su habilidad
especial: el Sharingan. Aún así, ella no quería quedarse con la curiosidad…
Obito aún yacía con la cabeza agachada y en eso notó que unas manitas se
dirigían a su rostro
-¡Ah!- gritó el espantado: nunca se le había acercado tanto
una chica, y menos sus manos “sus manos” pensó para sí ¿Qué tal si quería
hacerle algo pervertido? Él puso sus
manos en forma de puño simulando una defensa, a lo que ella rió
-No te preocupes, yo sólo quiero ver tus ojos- El muchacho se
le quedó viendo de forma incrédula
-¿Y… y p-porque quieres v-ver mis o-ojos?- tartamudeó
esperando una respuesta, ella sólo sonrió
-Eso es simple: quiero saber cómo eres realmente- a lo que
el chico no opuso resistencia y se dejó tocar el visor por las frágiles y
blancas manos de la chica. Pero como ella empezó a batallar para quitárselas,
él se quitó el visor lentamente, como si se tratara de una máscara, una máscara
que no le importaba llevar puesta todo el tiempo. Rin lo observó sin quitarle
la mirada de encima: ella examinaba cada centímetro de la persona que ahora
tenía enfrente
-Tus ojos…- comenzó a decir de la nada
-Sí, lo sé, están un poco enrojecidos porque hace rato… se
me metió algo en el ojo- aquello sonaba a mentira, pero ella no le preguntó nada:
aún así, parecía exigirle respuestas con la mirada, pero sin dejar de ser una
cálida mirada
-¡Son negros!- ella casi exclamó triunfante, como si hubiera
descubierto algo muy importante, o quizá sí lo hizo –tienes ojos muy bonitos,
Obito. Aquello había dejado sin habla al chico del visor naranja, sin saber
cómo era la forma más apropiada para reaccionar o seguir con la conversación:
de él solo salió un notable sonrojo que tornaba de rojo sus mejillas. Ella por
su parte le sonrió con un leve rubor rosado
“¿Acaso Rin esta sonrojada?” se preguntaba él “¡Además, dijo
que mis ojos son muy bonitos! Será… será que…. ¿Yo…yo le gusto? “
Él seguía con la boca abierta, sonrojado y sin decir nada,
hasta que ella hizo movimientos con la mano a ver si la estaba mirando
realmente o si se había perdido en un mundo paralelo
-¡Eh! E-etto… ¡Gracias!-agradeció
el halago con una gran sonrisa de mazorca, mostrando unos dientes blancos bien
cuidados y parejos
-¡Vaya! También tienes bonitos dientes- dijo ella sonriendo
cerrando los ojos. Ahora sí que estaba rojo como un tomate
-Etto… Gr-gracias, trato de tenerlos siempre limpios-
comenzó a platicar él: aunque fuera de sus ojos o de sus dientes el tema, la
plática era muy amena
-También quería…- comenzó a hablar ella de repente- quería
darte las gracias por haberme… defendido hace rato- Obito se quedó boquiabierto
y parecía ponerse más rojo –Fuiste muy valiente – Ahora comenzaba a sudar
-Hehehe ¡no es nada! Lo que sea por ti…- Obito sonreía
ampliamente sin dejar de estar sonrojado. -Además ese idiota de Kakashi me cae
en la punta de…-
-Gracias- le volvió a agradecer- enserio muchas gracias-
Obito extrañado se volteó a verla de frente y le preguntó:
-¿Gracias de qué?- preguntó extrañado
-Gracias por ser mi primer amigo- dijo ella con una sonrisa
Ahora sí que era el boom, Obito expulsaba humo por las
orejas del sonrojo y Rin sólo reía divertida
-¡Oigan ustedes! ¡Ya dejen de estar platicando y pónganse a
estudiar!- gritó el maestro de mala gana
-Hai- contestaron al unísono, y al ver que fue así, sólo
sonrieron.
-Rin chan…- comenzó a decir él sin tartamudear- Gracias a
ti- y le sonrió
-¿Am? ¿De qué, Obito kun?- le preguntó ahora siendo ella la
extrañada
-Gracias a ti por ser mi primera amiga-
Rin abrió grandes los ojos sorprendida por haber escuchado
esa declaración. Finalmente le brindó
una tierna sonrisa y le dibujó una estrella en su pergamino… Quizá era la
estrella que le decía que podía hacerse su deseo realidad… Obito sólo sonrió al
darse cuenta de que había descubierto la razón por la cual no quería estar
deprimido nunca más y ahora sí esforzarse en ser un buen ninja: para proteger a
Rin chan… y de paso hacer que se enamore de mí.
"Rin chan... Quiéreme... Ámame, hazme parte de tu mundo"
"Rin chan... Quiéreme... Ámame, hazme parte de tu mundo"
Harrah's Resort Casino, Reno, NV - MapyRO
ResponderEliminarFind Harrah's Resort Casino, Reno, NV, 문경 출장샵 United States 계룡 출장마사지 (MapYRO). 전라남도 출장샵 Real-time driving 안양 출장샵 directions to 의왕 출장마사지 Harrah's Resort Casino, Reno, NV, United States.