martes, 16 de octubre de 2012

Obito x Rin Fanfic "Quéreme... Ámame... Hazme parte de tu mundo"


Capítulo 3: Lluvia
Era el final del primer día de clases: después de estar abrazados todo el resto del receso Obito no articuló palabra alguna y se limitó a estar al lado de Rin todo el tiempo: durante las clases estuvo callado como una tumba y a la hora de la salida, cuando todos se marchaban, Rin se paró de su asiento dispuesta a irse… pero no quería irse sola
-¿Obito?- le empezó a hablar ella con vocecita preocupada, como si tuviera miedo de hablarle
-¿S-si?- reaccionó él después de estar tanto rato ensimismado
-¿Qué te parece si nos vamos juntos?- le propuso ella, sonriendo con un leve rubor rosado, característico de ella
-¡Claro!- Obito salió de su planeta para actuar mas “normalmente”, con una sonrisa de oreja a oreja y acompañando a Rin sin dejar de hablar. Salieron de la academia ninja juntos mientras Kakashi los observaba desde lejos: parecía pensativo y algo molesto ¿serian celos? O quizás la inusual pareja le causó curiosidad: era muy extraño que Obito fuera acompañando a alguien a casa después de clases y mas si era una chica, pero quizás eso no tenía tanta importancia: tomo su libro y se marchó por su lado. Obito parecía un perico hablando de un montón de cosas graciosas y sin sentido: le platicaba lo gracioso que era ver al maestro rabiar cuando la clase se ponía aburrida y era Obito precisamente quien trataba de “alegrar” el ambiente, aunque sólo lograba ser regañado llevando castigos un tanto severos (como limpiar toda la academia un día para verla toda sucia al día siguiente) a él no le importaba, si así lograba un poco de atención. Pero ahora la cosa parecía cambiar porque ahora sólo quería la atención de una persona… de ella… de Rin. Rin por su parte permanecía callada: tan sólo soltaba un par de monosílabos para afirmar o negar una cosa u otra y lo escuchaba atentamente, quizá hablar mucho no era el fuerte de ella, pero el de él sí. Obito comenzó a sentirse extraño por ser él el único que estaba hablando: su nueva amiga parecía que no quería hablar: no porque no tuviera algo de que hablar, sino porque no quería hacerlo, o al menos esa era la impresión que a él le daba. Comenzó a sentirse salgo molesto con el asunto
-Rin chan ¿te pasa algo?- la sacó un momento de sus pensamientos justo cuando ella había bajado la mirada
-¿Eh? ¿De… de que hablas?- lo miró curiosa, sorprendida un tanto por la pregunta.
-Pues… no me has dicho nada y a duras penas contestas a lo que te platico… Dime ¿te sientes mal? O… ¿quizás dije algo que te molestara?- le preguntó serio, pero en realidad estaba preocupado por ella
-Perdón, no quise molestarte con mi actitud… sólo que… -ella tragó saliva antes de hablar-  estaba pensando en lo que pasó hoy-
-¿Mmm? ¿Hoy?- le preguntó frunciendo la boca y el ceño, mirando hacia arriba mientras se sobaba la barbilla -¿Qué pasó hoy?- preguntó con ojitos tristes como si quisiera llorar
¿Ehh?- ella estaba algo en shock por su pregunta -¿no lo recuerdas? ¡Me abrazaste sin razón alguna! A-además no me dijiste por que lo hiciste…- ella bajó la mirada sonrojada de color rojo volteando hacia otro lado, sin verlo a los ojos
-Bueno, yo… etto, verás… yo no lo olvidé, no pensé que te refirieras a eso…- el bajó la mirada, pasándose un brazo por la cabeza sonrojado también –Yo… a decir verdad… no lo olvidé- puso sus manos dentro de sus bolsillos y volteó también hacia otro lado, sin querer mirarla. Rin lo voleó a ver sorprendida y en eso comprendió el por qué lo había hecho
-Rin chan…- comenzó a hablar él, rompiendo el silencio –Perdóname por abrazarte- y la volteó a ver con una sonrisa en los labios –Enserio, si te molesta no lo vuelvo a hacer pero… hace rato… fue inevitable, yo… no pude evitarlo ¡no quería evitarlo!- Rin estaba anonadada escuchando tales palabras de un chico que apenas llevaba un día de conocerlo ¿Quizás él estaba… enamorándose de ella? Tenia que actuar rápido
-Obito kun ¡no te disculpes por favor! No te disculpes por algo que a mi también me gustó- en eso ella se tapó la boca, queriendo retractarse por lo que había dicho. Ahora el anonadado era él. No podía creer que ella le dijera que le había gustado aquel abrazo que pudo sus corazones al mil por hora -…Yo… bueno…mi corazón estaba…-
-…Acelerado al mil por hora- terminó el la frase y sin salir de su sorpresa por haber pensado exactamente lo mismo, sólo pudieron sonreírse mutuamente. Se miraron a los ojos, suprimiendo la sonrisa y parecía que querían estar mas cerca, que querían estar abrazados de nuevo... Tanta soledad en la vida del chico (y sin saberlo, de la chica también) había sido extinguida en un momento por un abrazo que en un impulso inocente había hecho trizas el pasado y hacía sentir desde hace mucho tiempo y por primera vez amor. “¿Amor?” se preguntó Obito entre sus revoloteantes pensamientos “¿Me he enamorado de ella? ¡Pero si apenas la conozco! Pero que tonterías digo, si hasta le di un abrazo, y sin pensarlo…” Más confundido no podía sentirse, y no sabia como detener ese momento de aparente tensión, se fue contra un muro y le dio un puñetazo ¿Acaso había hecho mal? Rin lo observaba con preocupación ¿lo habría hecho sentir mal con ese “reclamo”? ¿Ese reclamo de cuestionarle el porque de su aparente olvido? Ese “Olvido” que no era cierto, pues el recordaba perfectamente que la había abrazado “Obito kun… porque me abrazaste ¿acaso tu… yo te… tu me amas? ¡Pero si no nos conocemos!”
- Aunque a decir verdad…- ella comenzó a hablar y se le acercó, sacando al muchacho de sus pensamientos que lo torturaban – sí me gustó mucho que me abrazaras- Y sin pensarlo ella tampoco lo abrazó con fuerza: Aquello había tomado desprevenido al joven del visor naranja  y se quedó inmóvil, su corazón latía con fuerza de mil estruendos y no dejaba de sudar “¿Rin me esta abrazando?” Pensaba “¡y con mucha fuerza! No puedo perder esta oportunidad…” Pero justo cuando se quería voltear para abrazarla ella se fue corriendo, ocultándole su rostro, ya que se encontraba totalmente roja por lo que había hecho. Obito se quedó pasmado y un tanto decepcionado, por no poder corresponderle el abrazo y dejó su mano al aire, como si se le hubiera escapado algo importante y de hecho fue así
-¡Ha-Hasta mañana Obito kun!- le gritó despidiéndose tartamudeando un poco  y desapareció entre las calles de la hermosa villa de Konoha, la vílla donde comenzaba a nacer un bello y tierno amor. En eso, una gota cayó en la nariz de Obito: volteó hacia arriba y vio cómo las nubes negras hacían su aparición, desatando una fuerte lluvia
-¡Oh vaya! Quien lo diría ahora esta lloviendo, espero que Rin chan haya traído un paraguas ¿y si voy a  alcanzarla?- se decía platicando a sí mismo, pero justo en ese instante la volvió  divisar: estaba acompañada de una mujer de cabello largo rubio y ahora la tomaba de la mano “Parece que es su mamá” En ese caso, era mejor dejar las cosa así… Por ahora. Obito puso las manos atrás de su cuello y comenzó a caminar bajo la lluvia: la lluvia que siempre había detestado pero ahora, parecía que era bañado en una lluvia de esperanza… y de amor.
“Tú serás mía… Rin chan. De mí depende que sea así” 



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